domingo, 2 de marzo de 2014

LA EDUCACIÓN EN EL SIGLO 21: DE LA VISIÓN REDUCCIONISTA A LA VISIÓN COMPLEJA

Cuando vemos la policromía de una flor, o gozamos de la sonrisa de un bebé, u observamos el aleteo de una mariposa, o gozamos del bello paisaje del nevado Yerupajá. Atónitos, perplejos, y regocijados, aplaudimos, saltamos, lloramos, finalmente clamamos: ¡¡ Qué maravillosa es la naturaleza !!. Ella no se manifiesta diciéndonos: “yo nieve soy física”; “yo flor de la cantuta soy botánica”; ni “yo rio soy química”. Ellos no se presentan parcelados, divididos, en biología, física, o química. Los objetos de la naturaleza, bellos y complejos, se presentan como un todo. Sin letreros de especialidades.

Entonces, ¿en qué momento de nuestra evolución comenzamos a parcelar o dividir, los objetos de la naturaleza?. La respuesta es que, nuestra especie evolucionó y acumuló información, conocimiento, maneras de encarar lo novedoso, desde nuestros primeros antepasados, desde aquellos que habitaron las cavernas. Desde allí se fue construyendo el método, para enfrentar lo nuevo, lo intrigante, lo desconocido, este método resultó en separar, en buscar las partes cada vez más pequeñas, a fin de comprender el todo. Y, hoy, se ha constituido en un hecho natural del ser humano. 

Esta característica lo observamos en el niño cuando desde muy pequeño, sin que aún nadie le haya enseñado nada, toma algún juguete, aquel que le fascina, le atrae, y que por más lindo que fuera, su curiosidad es más fuerte, y lo lleva a buscar el porqué de su funcionamiento, de su movimiento, de sus sonidos, de sus luces, etc. Así, su búsqueda instintiva, aquella que viene desde nuestros iniciales hombres de la edad de piedra, le hace romper el juguete, si no puede con las manitos, usa los dientes o incluso lo lanza contra el piso o la pared, quiere saber qué hay dentro, su curiosidad es total.

De la misma manera que el niño, pero esta vez con todas las tecnologías y conocimiento disponible, los investigadores más distinguidos lo siguen utilizándolo, y hasta podríamos decir que es el método principal que el ser humano ha desarrollado para explicar lo complejo, por ejemplo en lugar de lanzar con la mano ahora utiliza los aceleradores de partículas para romper el minúsculo protón.

En resumen siendo complejo tratar el todo desde un inicio, se tornó más manejable separarlo en partes, y desde ahí, buscar estructuras básicas, regularidades, principios y leyes que extendiéndolas al todo explicaran el comportamiento del objeto de estudio, incluso del gigante universo.



Esta metodología reduccionista, le ha dado a la ciencia, particularmente a las ciencias naturales, una consolidación y respeto asombroso. Y las pruebas permanentes de su efectividad, son los instrumentos y tecnologías, que nos rodean, desde el viaje a la luna, a las transmisiones vía satélite desde cualquier lugar de la tierra, o incluso desde una nave espacial, la revolución de las tecnologías de la información, los fabulosos instrumentos médicos, hasta las curaciones por células madre de enfermedades antes imposibles. Todo eso son las consecuencias del método científico reduccionista.

Sin embargo, hoy a inicios del siglo XXI, notamos que nuestro método, tan efectivo, necesita de revisión, precisamos ampliar nuestras sendas del reduccionismo y buscar nuevas reglas trabajando el todo y sus relaciones entre las partes que podrían haberse postergado o desconsiderado, cuando se parcelaron. Es decir volver a enfrentar el objeto de la naturaleza como un todo. Buscar explicaciones no desde las partes aisladas, sino conjuntas, integradas. Esto exige la unión de todas las ciencias desde las naturales a las humanas. Y esto, porque los problemas que hoy enfrentamos, superan las capacidades de cada una de las veredas utilizadas solas.

Esta necesidad de integración de las partes y la búsqueda de nuevos modos de enfrentar los objetos de estudio (problemas de la naturaleza), deberían comenzar por integrar las parcelas de las ciencias naturales, para luego dar el salto hacia la integración con las ciencias humanas. Esto hoy día se torna en obligación. Como lo demuestra la rectora de la prestigiosa universidad de estados unidos, el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), que avizorando el futuro ha decidido transformar su enseñanza buscando la integración de las ciencias de la vida con las ciencias físicas y la ingeniería. A fin de formalizar y consolidar lo que ya se ve venir la nueva gran revolución de la innovación que florecerá en los siguientes 30 años.

Esta necesidad de integrar estas áreas, se reflejará en la modificación de los programas de educación desde primaria, secundaria y universidad. Demandando superar la presentación de cursos fragmentados, aislados, separados, para dar paso a cursos integrados, multidisciplinarios, que produzcan profesionales múltiples. Para el caso de ciencias naturales, se requerirán de ingenieros con conocimientos suficientes de biología y física. En el caso del Perú, si miramos la globalización y los tratados de libre comercio como fenómenos presentes, requeriremos también de formar estos profesionales. Y por tanto modificar nuestra visión de la educación. Desde una educación fragmentaria hacia una educación integradora. Desde metodologías reduccionistas hacia metodologías complejas.

La Pluma del Viento

Lima, 15 de marzo de 2009

http://www.4shared.com/mp3/PPDQcQYCce/Educacion_Siglo_21_Reduccionis.html#

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