Cuando planificamos Ciencia y Tecnología lo primero que debemos tener en cuenta es la demanda productiva sectorizada del país, entendida como lo faltante entre el futuro propuesto - posible (considerado) y el presente. Esta demanda, claramente, necesita de ciencia-tecnología e innovación (CTI), establecer cuánto es esta necesidad, es conocer la demanda científica-tecnológica de cada sector. Esta demanda debe estar orientada por el objetivo nacional de un PAIS COMPETITIVO (Acuerdo Nacional).
Los momentos actuales de globalización, que atraviesa el mundo, exige el rol decisivo de la CTI, del conocimiento y la información. Ellos son los principales agentes de creación e incorporación de valor en una cadena productiva. Por tanto su gestión es un requerimiento de urgencia en todos los sectores productivos, más aún si estamos a las puertas de la vigencia de los tratados de libre comercio.
Peter Drucker, en su libro Sociedad Poscapitalista, señala:
“El valor es creado por la productividad y por la capacidad de innovar, aplicando el conocimiento al trabajo, creando trabajadores del conocimiento”
Lo anterior nos lleva a la pregunta ¿Qué modificaciones deben realizarse en la organización para hacer más efectiva la relación IDI (Investigación Desarrollo e Innovación) e IMPACTO (país competitivo = organización competitiva)?. Para responder a esta pregunta proponemos:
1. La institución debe tener una puerta de entrada para incorporar información relevante. Esta unidad debe vigilar la demanda productiva sectorizada, tener capacidad prospectiva. Esta información no siempre es gratuita, ni debe esperarse que lo sea. La calidad de decisión depende de la calidad de información que se dispone y cómo se usa.
2. Conocida la demanda, el siguiente paso requiere que la institución disponga de un ambiente que realice la tarea de análisis y solución de problemas. Es un equipo multidisciplinario. Allí se confrontan los diferentes puntos de vista de manera constructiva, no hay barreras. El facilitador de estas mesas de confrontación debe tener la capacidad de analizar información múltiple mediante el uso de herramientas actualizadas.
3. Identificado el problema y solución preliminar, la institución traslada la propuesta a la unidad que focaliza la solución. En este ambiente se debe tener la capacidad de convocar al cliente, para afinar y adecuar la solución. El grado de involucramiento del cliente (ninguno, consultas periódicas, coparticipación en el desarrollo) dependerá del proyecto.
4. La etapa final es la elaboración del producto, para esto se requiere que la institución disponga del equipamiento y ambientes adecuados. Es el momento de la experimentación de la creación de los prototipos. Deben existir mecanismos que aseguren que el aprendizaje en el trabajo (identificación de fallas, análisis “ex_post”, inclusive los “malas prácticas”) se internalicen en la organización.
De esta manera la organización está pendiente y próxima de las tendencias tecnológicas y del mercado, cosa que los integrantes de la mayoría de instituciones adolecen. Las unidades de vigilancia tecnológica no existen o no están equipadas. Lo usual es hacer lo que se sabe y publicar lo que se hace. Una organización IDI orientada a la demanda, tiene que usar todos los mecanismos para tener acceso a las fuentes del conocimiento e información. Las principales suministradoras de publicaciones, tecnologías y personas son las empresas y otras organizaciones IDI (competidoras o no), universidades, proveedores, clientes o consultores. Se tiene que tener la capacidad de realizar “benchmarking”, alianzas, “joint-ventures” y participación en eventos de estas características.
Estar vigilante a las demandas y fuentes del conocimiento, obliga también a tener ofertas apropiadas, oportunas que den valor al cliente y aseguren calidad de gastos. Con la estructura señalada se busca el encuentro entre la demanda y la oferta tecnológica. Para producir un conocimiento requerido, pero no disponible en las organizaciones IDI, se tiene que recurrir sin pérdida de tiempo ni prejuicios a la adquisición (comprando a otra empresa o contratar a un persona etc.) o alquiler de servicios. A partir de allí, se iniciará la adaptación y el dominio de la misma. No necesariamente se tiene que investigar primero para obtener la tecnología, se puede comenzar por ella. La IDI, hoy, se realiza de manera interactiva con el usuario (el mercado) y luego se define si estamos o no en condiciones de generar ese producto, si amerita o no hacer la investigación básica. Esto algunos autores llaman de investigación eficaz.
Nuestra experiencia en instituciones públicas nos muestra las muchas dificultades por enfrentar para convencer, la importancia de identificar permanentemente la demanda productiva – científica - tecnológica prospectada como dato de entrada para realizar una planificación más realista, duradera y efectiva. Esto nos recuerda a Keynes ,
“la gente puede aceptar nuevas ideas, lo difícil es eliminar las antiguas”
El no mirar el futuro como fuente de datos referenciales, para actuar en el presente, conduce a no saber cuántos abogados, ingenieros agrónomos, biólogos, biofísicos, ingenieros de “softwares”, etc necesitamos formar hoy. ¿Qué tecnologías debemos comprar hoy para poder participar en los mercados inminentes?. Los países subdesarrollados no solo carecemos de especialistas en tecnologías nuevas, sino también, no sabemos qué especialistas necesitamos y para cuándo. Por ello muchas veces gastamos el poco dinero que tenemos comprando tecnologías pasadas, o nuevas- inadecuadas que finalmente resultan caras e inútiles.
La falta de unidades de vigilancia tecnológica, debilita nuestra respuesta a importantes preguntas como ¿Qué tecnologías han dado resultado en el mundo en situaciones de pobreza similares a la nuestra?, ¿Qué experiencias IDI – sectores productivos han dado resultado?, ¿Qué escenarios posibles se avizora para América Latina?, ¿Qué tendencias se conocen?, ¿Qué volúmenes de mercado se presentarán en los siguientes años?, ¿Cuántos especialistas debemos formar?, etc.
En el artículo hemos querido advertir que las nuevas organizaciones que hacen uso intensivo del conocimiento y la información, requieren disponer de unidades que faciliten el acceso del conocimiento e información, su internalización y la producción de productos o servicios con impacto sensible al mejoramiento del bienestar de la población y al fortalecimiento de la economía en un mundo de exigente competencia.
La Pluma del Viento
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